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sexta-feira, 6 de maio de 2016

Palabras con acepciones dispares


La relación entre la palabra y su significado tiene razones que nuestra razón desconoce, en algunos casos, es totalmente arbitraria, o sea, no tiene un motivo, es puramente convencional, e incluso puede suceder que una misma palabra abarque acepciones parcial o totalmente contradictorias, o más bien, dispares.

Sin contar con el lenguaje literario, en que para lograr expresividad  las palabras sobrepasan su sentido ordinario y cobran sentidos figurados. Incluso se puede afirmar algo con la intención de expresar justamente lo contrario, mediante el recurso de la ironía.
Por eso, traducir palabras aisladas es una tarea prácticamente imposible y muy propensa a confusiones, ya que el significado se extrae del contexto.

La lengua está viva y las palabras sufren cambios semánticos a lo largo del tiempo y según el contexto en que se utilizan. Las principales causas de estos cambios son las siguientes:

1) históricas, muchos objetos y costumbres cambian de uso a lo largo del tiempo, por ejemplo, la palabra satélite, que proviene del latín satelles, vocablo que significaba ‘lo que estaba en torno o alrededor de alguien’ y antiguamente se utilizaba para designar a los soldados o guardias encargados de proteger a los reyes y soberanos. La moderna pluma de escribir mantiene ese nombre en referencia a las plumas de ave utilizadas antiguamente para escribir, aunque el objeto haya cambiado a lo largo del tiempo, se mantuvo el mismo nombre.

2) Sociales, una palabra que en el lenguaje ordinario tiene un significado general, puede tener un significado más específico  según el área en que se aplica. Por ejemplo, la palabra faena, significa trabajo; pero en el lenguaje taurino designa la manera de torear en un momento dado.

3) Psicológicas, la causa psicológica más notable es el tabú, es decir, cuando por motivos como superstición temor, política o pudor, las palabras son “prohibidas" y sustituidas por otras, consideradas más adecuadas. Así sucedió, por ejemplo, con la palabra retrete, que al asociarse con palabras malsonantes, se ha sustituido por eufemismos como cuarto de baño, lavabo, servicio, baño. Por motivos supersticiosos se utiliza bicha por culebra o serpiente y por razones sociopolíticas se utiliza productor por obrero o reajuste por subida de precios.

4) Literarias, por motivos de expresividad, el lenguaje literario utiliza los cambios semánticos con asiduidad, dando lugar a la metáfora (Los luceros de tu cara. Luceros = ojos) y a la metonimia (El espada actuó bien. Espada = torero).

Dejando a un lado las razones de los cambios semánticos, veamos algunas palabras que abarcan significados dispares o contradictorios:

Sancionar: esta palabra por una parte significa autorizar o aprobar un acto, uso o costumbre; y por otra parte aplicar un castigo o una pena a alguien o a algo que infringe la ley.

Ejemplos:

La Ley Sáenz Peña, sancionada por el Congreso de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, estableció el voto universal secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón electoral (con el sentido de aprobar)

Hamilton recibirá una sanción de 5 posiciones en la parrilla del GP de China (con el sentido de castigo).

Oler: El verbo oler, en español, se refiere tanto a la acción de percibir un olor por el sentido del olfato como a la acción de exhalar una fragancia que deleita o un hedor que molesta.

Ejemplos:

Policías dicen que el autor del doble crimen "olía a alcohol pero no estaba borracho" (con el sentido de exhalar hedor)

Los perros huelen mil veces mejor que los humanos. Para un perro, oler el suelo es la mejor manera de saber las últimas novedades de la banda. Impedir que un perro huela el mundo al su rededor es como impedirlo de conocer las características del local donde vive (con el sentido de captar fragancias por medio del olfato)

Alquilar: El verbo alquilar se refiere tanto a la acción de cobrar dinero para ceder un bien temporalmente como a la acción de pagar un precio acordado para usar algo temporalmente.

Ejemplos:

Para conocer bien los alrededores, lo mejor es alquilar un coche (con el sentido de pagar para usar)

Con esta crisis, no nos queda más remedio que alquilar nuestra casa de playa (con el sentido de cobrar para ceder)


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