La relación entre
la palabra y su significado tiene razones que nuestra razón desconoce, en
algunos casos, es totalmente arbitraria, o sea, no tiene un motivo, es
puramente convencional, e incluso puede suceder que una misma palabra abarque acepciones
parcial o totalmente contradictorias, o más bien, dispares.
Sin contar con el
lenguaje literario, en que para lograr expresividad las palabras sobrepasan su sentido ordinario y
cobran sentidos figurados. Incluso se puede afirmar algo con la intención de
expresar justamente lo contrario, mediante el recurso de la ironía.
Por eso, traducir
palabras aisladas es una tarea prácticamente imposible y muy propensa a
confusiones, ya que el significado se extrae del contexto.
La lengua está
viva y las palabras sufren cambios semánticos a lo largo del tiempo y según el
contexto en que se utilizan. Las principales causas de estos cambios son las
siguientes:
1) históricas, muchos objetos y costumbres
cambian de uso a lo largo del tiempo, por ejemplo, la palabra satélite, que
proviene del latín satelles, vocablo
que significaba ‘lo que estaba en torno o alrededor de alguien’ y antiguamente
se utilizaba para designar a los soldados o guardias encargados de proteger a
los reyes y soberanos. La moderna pluma de escribir mantiene ese nombre en
referencia a las plumas de ave utilizadas antiguamente para escribir, aunque el
objeto haya cambiado a lo largo del tiempo, se mantuvo el mismo nombre.
2) Sociales, una palabra que en el lenguaje
ordinario tiene un significado general, puede tener un significado más
específico según el área en que se
aplica. Por ejemplo, la palabra faena, significa trabajo; pero en
el lenguaje taurino designa la manera de torear en un momento dado.
3) Psicológicas, la causa psicológica más
notable es el tabú, es
decir, cuando por motivos como superstición temor, política o pudor, las
palabras son “prohibidas" y sustituidas por otras, consideradas más adecuadas. Así sucedió,
por ejemplo, con la palabra retrete, que al asociarse con palabras
malsonantes, se ha sustituido por eufemismos como cuarto de baño,
lavabo, servicio, baño. Por motivos supersticiosos se utiliza bicha por culebra o serpiente y por razones sociopolíticas se
utiliza productor por obrero o reajuste por subida
de precios.
4) Literarias, por
motivos de expresividad, el lenguaje literario utiliza los cambios semánticos
con asiduidad, dando lugar a la metáfora (Los luceros de
tu cara. Luceros = ojos) y a la metonimia (El espada actuó bien. Espada = torero).
Dejando a un lado
las razones de los cambios semánticos, veamos algunas palabras que abarcan
significados dispares o contradictorios:
Sancionar: esta palabra por una parte significa autorizar o aprobar un acto, uso o
costumbre; y por otra parte aplicar un
castigo o una pena a alguien o a algo que infringe la ley.
Ejemplos:
La Ley
Sáenz Peña, sancionada por el Congreso
de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, estableció
el voto universal secreto y obligatorio para los
ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores
de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón
electoral (con el sentido de aprobar)
Hamilton recibirá una sanción
de 5 posiciones en la parrilla del GP de China (con el sentido de castigo).
Oler: El verbo oler, en español, se refiere tanto a la acción de percibir un olor por el sentido del
olfato como a la acción de exhalar una
fragancia que deleita o un hedor que molesta.
Ejemplos:
Policías dicen que el autor del doble crimen
"olía a alcohol pero no estaba
borracho" (con el sentido de exhalar hedor)
Los perros huelen
mil veces mejor que los humanos. Para un perro, oler el suelo es la mejor manera de saber las últimas novedades de
la banda. Impedir que un perro huela
el mundo al su rededor es como impedirlo de conocer las características del
local donde vive (con el sentido de captar fragancias por medio del olfato)
Alquilar: El verbo alquilar se refiere tanto a la acción de cobrar dinero para ceder un bien
temporalmente como a la acción de pagar
un precio acordado para usar algo temporalmente.
Ejemplos:
Para conocer bien los alrededores, lo mejor es alquilar un coche (con el sentido de pagar
para usar)
Con esta crisis, no nos queda más remedio que alquilar nuestra casa de playa (con el
sentido de cobrar para ceder)
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