En 1997, vivía yo en el Amazonas, en el
norte de Brasil, y aún recuerdo el día en que leí con incredulidad la siguiente
noticia en una capa de revista “Internet: la red virtual que interconectará a
personas de todo el mundo”. Aquello me sonaba a ficción científica, sin
embargo, poco tiempo después, estaría yo misma navegando por esa magnífica e ilimitada
red.
El tiempo pasó y, en 2013, esta vez en el sur de Brasil y ya como
traductora, publiqué mi propia página con el objetivo de compartir y divulgar
informaciones acerca de la lengua, de la profesión y de asuntos afines. Fue
entonces que, entre uno y otro clic, tuve la suerte de encontrarme con el Blog de Lengua, un espacio democrático y didáctico donde el autor comparte generosamente, y de forma
clara y accesible, su conocimiento acerca de la lengua basado en su experiencia
como profesor de lengua española.
Después de establecer contacto con el
autor, Alberto Bustos, recibí una invitación suya para participar en una
“aventura” — usando sus propias palabras — que consistía en la creación de un
libro electrónico acerca de cómo escribir un blog. Claro que acepté de
inmediato la oportunidad. Empecé a recibir diariamente un capítulo del libro
por correo electrónico y luego le respondía contándole mis impresiones; y así
mantuvimos contacto hasta el día de hoy, cuando acabo de recibir la feliz
noticia de que acaba de llegar al mundo el libro “Escribir un blog y que te
lean”.
Echa un vistazo |
Y aquí me encuentro intentando resumir
un poco esta increíble experiencia. El libro es una guía a todos los que desean
publicar un blog y que le lean, porque nadie publica algo para sí mismo en una
red donde la comunicación es tan inmediata y abarcadora. La obra reúne temas
como en qué consiste ser escritor, él éxito, la escritura, el público, las
ideas, la frecuencia de publicación, los derechos autorales, los enlaces, la
lectura, los dominios, las redes sociales, en fin, todo lo que debemos tener en
cuenta a la hora de publicar un blog.
La mayoría de los autores tiene
demasiado apego por sus obras para
permitir que alguien le de opiniones o sugerencias. La obra es para ellos como
un hijo, y a los padres no les suele gustar que les digan cómo cuidar o educar
a sus hijos, su orgullo no les permite
aceptar que otros se metan en una relación tan íntima y privada.
Para acceder a la entrevista a Alberto Bustos en este blog, pincha aquí.
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