La palabra cojones se origina del latín “coleo” que significa bolsa de cuero. Según el diccionario cojones
es sinónimo de testículos, es decir, los órganos glandulares que forman parte
del aparato reproductor masculino. Los testículos fueron considerados a lo
largo de la historia elementos valorativos de la anatomía masculina, por cuyo
tamaño se ponderaba la valía del hombre. En la Biblia, Abraham juraba
llevándose las manos a esa parte del cuerpo y no al corazón, de cuya costumbre
derivan términos como testigo, testimonio y testamento. Jurar por los
testículos es hacerlo por la familia, la estirpe o linaje. Tener cojones es
tanto como tener valor y ser muy macho.
Si estáis en España, escucharéis esa palabra en muchas ocasiones distintas
y con significados diferentes según el contexto.
El reflexivo “tocándose los cojones” denota indiferencia o vagancia “Mi
compañero está todo el día tocándose los cojones”, sin embargo, si se utiliza
el verbo tocar en el presente, denota molestia “La gente hipócrita me toca los
cojones” y el “tocacojones” es una persona que molesta.
La misma palabra cambia de significado cuando va seguido de un numeral: uno
significa costoso “Ese libro me costó un cojón”, dos, significa valentía “para eso
hay que tener dos cojones” y tres, desprecio “me importa tres cojones”.
También cambia de significado según la preposición que la acompaña: “de
cojones” significa éxito “La prueba me salió de cojones”, o aun, “cantidad”, “hace
un calor de cojones”. La preposición “por” da un matiz de voluntariedad “me compro
todos los videojuegos por cojones” y la preposición “hasta” expresa saturación,
llegar al límite “me tienes hasta los cojones con tanta pregunta”, la
preposición “con” indica valor “Era un chico con cojones para enfrentarse a un
león” y “sin”, cobardía “era un tío sin cojones”.
También hay derivados formados por sufijos y prefijos: “acojonado”
significa con miedo, “desconojonarse” significa partirse de la risa, “cojonudo”
significa perfección “la paella te salió cojonuda”, “acojonante” sirve para
referirse a algo que sorprende de forma positiva “tiene una memoria acojonante”
y “cojonazo” se refiere a indolencia.
“Poner los cojones encima de la mesa” indica desafío, “¡Me corto los cojones!” se dice para
apostar y “¡Te corto los cojones!” para amenazar. Además, la interjección “¡cojones!” significa sorpresa.
A propósito, ¿sabes
que en España se comen los testículos de toro? ¡Hombre, de vaca lo veo difícil! El caso es que sí, se comen y se le llama “criadillas”
en los restaurantes. Cierto es que hay que tener cojones para eso, pero bueno,
si no te dicen nada a lo mejor te crees que son albóndigas o qué se yo y a lo
mejor hasta le tomas el gusto, ¿no?
Ah, sí, pues si te atreves a probarlos, no le preguntes al camarero si
tiene cojones, pues seguro que los tiene o, al menos, debería tenerlos, a menos
que sea un “eunuco”, que, por cierto, es un varón humano castrado. En China,
los eunucos eran empleados en el Palacio Imperial.
Algunos sinónimos de testículos: cojones, huevos, pelotas, cocos, bolas,
güevos.
Cuando el asunto es cojones ya ves que hay mucha tela que cortar. ¿A que se podría escribir una tesis doctoral sobre el tema?
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