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sexta-feira, 10 de janeiro de 2014

Chivatada



A pesar de recordarnos la palabra “Chibatada” en portugués, la palabra "Chivatada" en español no tiene nada que ver con golpes de látigo, sino que se refiere a la acción propia del chivato.

¿Y qué sería un chivato? Chivato es un adjetivo peyorativo dirigido a las personas que se dedican a denunciar a los demás. En portugués se dice “dedo-duro”, “caguete”, “alcaguete”, “delator”, “denunciante”, “acusador”.

El clásico chivato es el crío del cole que le dice a la maestra que su compañero copió en el examen. A este tipo de chivato se le tiene mucha ojeriza puesto que desde pequeños aprendemos que es muy feo delatar a un compañero. Sin embargo, esa ley del silencio entre compañeros puede servir para ocultar casos de acoso y, en algunos casos, el chivar puede prevenir accidentes entre los niños que hacen sus peripecias a escondidas.

El último gran chivato que ha saltado a las portadas de los periódicos ha sido Edward Snowden tras delatar la violación de privacidad cometida por la Agencia Nacional de Inteligencia de EEUU (NSA), que tuvo acceso a registros telefónicos y de internet de millones de usuarios.

Chivato también es un chivo, es decir, una cría macho de la cabra que pasa de seis meses y no llega a un año. La expresión “ser un chivo expiatorio” tiene su origen en un rito del Antiguo Testamento por el cual todos los pecados de un pueblo se expiaban, es decir, se purificaban por medio del sacrificio de un cabrito.

Hoy en día, ser un chivo expiatorio significa cargar con la culpa de algo que ha sucedido cuando en realidad la responsabilidad debería recaer sobre un grupo, pudiendo incluso suceder que dicho individuo ni siquiera haya participado en el acto condenable y sea inocente.

El primer chivo expiatorio de la historia de la humanidad sería Eva que se llevó la culpa del pecado original al comer el fruto prohibido y, en ese caso, el primer chivato sería Adán, que delató a su compañera.

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