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segunda-feira, 25 de novembro de 2013

"El gallo Kiriko", Antonio Rodriguez Almodóvar

Este cuento, originado de la tradicción oral,  es muy conocido en España y prácticamente todos lo han oído cuando niños. Tiene algunas variantes pero básicamente es la historia de un gallo muy orgulloso que desprecia a los demás hasta el momento en que precisa de su ayuda. 

Es un cuento acumulativo en que existe una fórmula primera a la que se van añadiendo progresivamente otros personajes, favoreciendo la atención, memoria, comprensión, exprersión y motivación de los niños.



El gallo Kiriko que fue a las bodas del tío Perico.
 

En un gallinero muy postinero se iban a celebrar unas bodas de alto plumero. Las bodas del gallo Perico, que había invitado a su sobrino, el gallo Kiriko.
 

Y el gallo Kiriko, que vivía muy lejos, se levantó más temprano que nunca para ir a las bodas de su tío Perico. Muy aseado y muy bien vestido, allá va tan pimpante el gallo Kiriko.
 

De pronto, ¿sabéis con qué se topó? Pues con una caca de vaca. Llenita, llenita de granos de trigos. ¡Uhm, con el hambre que llevaba el gallo Kiriko! Entonces dijo:
 

-¿Pico o no pico? Si pico me ensucio el pico, y no podré ir a las bodas del tío Perico. Pero si no pico, me muero de hambre y para otro el trigo.

Total, que no pudo resistir la tentación, y picó. ¡Vaya si picó! Como que todo el pico se manchó.
 

-¿Y ahora qué hago? ¿Cómo voy a presentarme así a las bodas del tío Perico?
 

Camina que te camina, muy preocupado, el gallo Kiriko llegó hasta un prado. Allí vio, ¿sabéis lo que vio?
Una malva, y el gallo le dijo:

-Malvita, malva, límpiame el pico, que voy a las bodas del tío Perico.


-No quiero -dijo la malva-. No haberte ensuciado.
 

Y el gallo Kiriko siguió su camino. Anda que te anda, muy enojado, se encontró una oveja en otro prado.
 

-Ovejita, bonita, cómete a la malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
 

-No quiero -dijo la oveja-. No haberte ensuciado.
 

Y el gallo Kiriko no tuvo más remedio que seguir su camino. Anduvo y anduvo, muy enfadado, hasta encontrarse a un lobo que estaba muy flaco.
 

-Lobito, lobo, cómete a la oveja, que no quiso comerse a la malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
 

-No quiero -dijo el lobo-. No haberte ensuciado.
 

¿Qué diréis que hizo el gallo Kiriko? Seguir su camino muy malhumorado, y se encontró un palo.
 

-Palito, palo, pégale al lobo que no quiso comerse a la oveja, que no quiso comerse a la malva, ¿qué no quiso?... No quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
 

-No quiero -dijo el palo-. No haberte ensuciado.
 

¡Qué palo más malo! El gallo Kiriko, muy enfuruñado, sigue su camino. Y apenas había empezado a andar se encontró… ¡una candela!
 

-Candela, candelita, quema al palo, que no quiso pegarle al lobo, que no quiso comerse a la oveja, que no quiso comerse a la malva, ¿qué no quiso?... No quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
 

-No quiero –dijo la candela-. No haberte ensuciado.
 

Pues sí que está bueno. El gallo Kiriko, camina y camina. Muy aprisa va, sino a las bodas tarde llegará.
Entonces se encontró un río.
 

-Río, río, apaga la candela, que no quiso quemar el palo, que no quiso pegarle al lobo, que no quiso comerse a la oveja, que no quiso comerse a la malva… ¿qué no quiso?... No quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
 

-No quiero –dijo el río, y siguió su corriente.
 

¡Qué mala gente! El gallo Kiriko ya casi volaba, aunque iba muy triste. ¿Y sabéis lo que se encuentra? ¡Un burro!
 

-Burrito, burro, bébete el agua del río, que no quiso apagar la candela, que no quiso quemar al palo, que no quiso pegarle al lobo, que no quiso comerse a la oveja, que no quiso comerse a la malva, que no quiso… ¿qué no quiso?.... No quiso limpiarme el pico para ir a las bodas…
 

-¿Por dónde iba el gallo Kiriko?
 

-Por el burro.
 

-¡Pues álzale el rabo y bésale el culo!
 

-¿Y el gallo Kiriko?
 

-Con el burro se puso pesado y éste una coz le ha pegado.
 

-¿Y qué más?
 

-Que al río ha caído y se ha puesto empapado.
 

-¿Y qué más?
 

-Que en las bodas no entran gallos tan mojados, y el gallo 
Kiriko, con su pico limpio, fuera se ha quedado.
 

Y colorín colorado, este andariego cuento se ha acabado.

                                                                     FIN

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